La Escuela para Padres

Es un espacio de apoyo y sostén profesional para encarar y elaborar las dificultades constitutivas de ser padre. Se concurre cuando tienen necesidades de orientación, información o asesoramiento
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   La paternidad y la maternidad no son materia de la Universidad, ni hay un manual de recetas.

   Se busca ayudar a los padres a interiorizarse en su propia experiencia de paternidad, a vivenciar sus vínculos actuales, procesando sus vínculos pasados para rescatar lo positivo y no repetir lo perjudicial, que ha causado dolor y sufrimiento.

   Se encara el trabajo clínico a partir de la integración del psicoanálisis con otras teorías y la dinámica del grupo multifamiliar.

   Ser padre o madre no son atributos esenciales sino que se constituyen en una realidad cotidiana, en el seno de una sociedad con modos de relacionarse específicos y con los avatares de las influencias de las condiciones materiales de existencia: economía, educación, trabajo, recreación, etc.. Estos reciben influencias de la moral social predominante en la sociedad, con la cual pueden o no coincidir, pero la posición relativa a la ética familiar, tiene efectos en el modo de crianza y de encuentro o desencuentro con lo que hacen otros padres del entorno cercano.

   “La Escuela” no se orienta hacia la enseñanza catedrática, aunque si se ofrece cierta información cuando es necesario, pero más bien se tiende hacia el aprendizaje y la interiorización de una experiencia como vehículo de cambio, a partir de lo conflictivo como también de lo que otros padres tienen más resuelto.

   Nuestro trabajo está íntimamente relacionado con la concepción de la salud, la enfermedad mental, lo no elaborado transmitido trans-generacionalmente y la complejidad de la mente en relación con otras mentes. Como influye lo intrasubjetivo (el propio psiquismo), lo intersubjetivo (los vínculos entre las personas) y lo transubjetivo (de otras generaciones). Al mismo tiempo que lo que sucede en el “entre”, en los vínculos más significativos, va a conformar lo intrasubjetivo, el mundo interno. El modo en que han sido vivenciado los afectos, de cómo uno se ha sentido tenido en cuenta es el modo en que son internalizados los vínculos dentro de la mente articulados en un mundo interno, condicionando la manera de percibir “la realidad”.

   La realidad es mucho menos objetiva de lo que creen muchas personas, se puede cambiar la realidad de acuerdo a lo que la persona genere con los otros, es decir, si alguien se siente conforme y confía en sus proyectos, genera confianza y “buena onda”, por lo que dan ganas de seguirlo o estar compartiendo con él. En cambio, cuando nos encontramos con gente resentida, llena de odio, nos alejamos. Generar que la gente se acerque o se aleje de uno, abre o cierra puertas, las puertas son la oportunidad de vivir una vida más plena, desarrollando las posibilidades internas.